El burnout («estar quemado») es ese estado de agotamiento físico, emocional y mental causado por el estrés laboral crónico. Es una realidad cada vez más común en nuestra sociedad moderna. Se manifiesta como una sensación de desgaste, falta de motivación y desinterés en las tareas cotidianas, afectando no solo el rendimiento laboral, sino también la calidad de vida en general.
Al ser crónico se va instaurando en tu día a día con pequeños cambios en tu sistema y en tu nivel de energía. Esto hace que sea muy difícil de identificar si no lo conoces y que sólo sepas que «algo» pasa cuando te encuentres mal.
Desde la perspectiva de la psicoterapia humanista, el burnout se entiende como una desconexión profunda con uno mismo y con lo que realmente nos nutre y nos hace sentir vivos. Carl Rogers, uno de los principales exponentes de esta corriente, enfatizaba la importancia de la autoexploración, el autoconocimiento y la autenticidad para alcanzar un estado de plenitud y bienestar.
¿Qué síntomas tiene el burnout?
Agotamiento
Es posible que vayas sintiendo agotamiento físico y emocional y que dormir no sea suficiente. Cuando empiezas a tener síntomas de burnout es habitual sentirse cansado incluso después de periodos de descanso, como si tu energía física y mental fuese drenada.
Irritabilidad
Puedes verte con una visión más negativa hacia los sucesos, personas o comentarios que escuchas. Estas actitudes y respuestas negativas pueden estar afectando al entorno con el que te relacionas, incluso tú mismo sentir incomodidad. Este síntoma se caracteriza por un distanciamiento emocional y una disminución de empatía hacia los demás.
Reducción de la realización personal
La autoestima se puede ver altamente afectada por el Burnout. Además de ello, se pueden ver dificultades en la eficacia en el trabajo y puede aparecer el sentimiento de incompetencia. La persona que lo sufre puede sentir que está estancada o que su desarrollo personal está paralizado.
Malestar físico
Cómo hemos mencionado anteriormente el Burnout también afecta a la parte orgánica y física del cuerpo. Es característico sentir fatiga extrema, padecer de insomnio, tener dolores físicos en la cabeza o zonas musculares de carga (como cervicales y espalda), tener sintomatología cardiovascular o, a causa del estrés, tener el sistema inmunológico con menor fuerza y tener mayor facilidad para el contagio de infecciones y virus.
Si te ha parecido que alguno de los síntomas descritos te resuenan y te identifican, no puedo dejar de recomendarte que te atiendas y sigas leyendo para poder darle solución.
¿Cómo pongo remedio?
Lo ideal para el tratamiento del burnout es realizar un abordaje multidisciplinar para poder atender los síntomas emocionales y físicos. Te propongo algunos puntos a tener en cuenta y más adelante te explicaré cómo te podemos ayudar desde la disciplina psicológica humanista.
Busca apoyo
El apoyo emocional y social puede ayudar a aliviar la sensación de aislamiento y soledad que a menudo acompaña al burnout. Cuando nos comunicamos ayudamos a potenciar la empatía y comprensión de los demás además de estrechar lazos. Busca el entorno que te haga sentir seguridad y confianza; familiares, amistades o el apoyo de algún profesional de la salud.
Descansa
Como anteriormente hemos dicho que el descanso habitual no siempre reduce la fatiga extrema, es posible que tengas que replantearte un descanso total como unas vacaciones o tengas la necesidad de establecer límites en los horarios de tu rutina reduciendo horas de actividad. También ayuda poner en práctica técnicas de relajación como pueden ser ejercicios de respiración, mindfulness o yoga.
Reevalúa tus prioridades
No será la primera vez que oyes eso de «ir en automático» y es que es una forma de afrontamiento habitual, sin ganar conciencia en nuestro Yo y sin evaluar dónde estamos, por qué y para qué. Es posible que tus prioridades profesionales y/o personales hayan cambiado y por eso no sientas que hay equilibrio y eso esté afectando. Reevalúa tus prioridades y observa si hay algo a lo que tengas que decir que «no».
Haz deporte
Cuando hablamos de hacer deporte no hablamos de apuntarnos a un gimnasio. Hacer deporte puede implicar ponernos en marcha como ir a pasear, bailar o cualquier ejercicio que implique una descarga de energía muscular y una activación del cuerpo. Este tipo de ejercicios además de ayudarte a aliviar el estrés te ayudan a conectar contigo y desviar los pensamientos a otro foco que no es el de la discordia.
Burnout en Psicología Humanista
Entonces, ¿Cómo abordar el burnout desde la psicología humanista? Te explico los puntos que podemos trabajar en terapia y que te ayudarán en tu bienestar emocional.
Autoexploración y autoconocimiento
Es importante tomarse el tiempo para reflexionar sobre tus propias necesidades, valores y limitaciones. Esto implica conectar con las emociones, reconocer tus propios límites y comprender qué aspectos de tu vida laboral están contribuyendo al agotamiento. Aprenderemos a reconectar con el cuerpo y las sensaciones físicas, priorizando el autocuidado como una forma de restaurar la energía y vitalidad.
Reconexión con el propósito
El burnout puede surgir cuando nos sentimos desconectados de nuestro propósito en la vida o cuando nuestras actividades laborales carecen de significado personal. En psicoterapia humanista, fomentaremos la exploración de tus pasiones y motivaciones intrínsecas, ayudándote a redescubrir lo que te inspira y motiva genuinamente.
Relaciones sanas
Las relaciones interpersonales significativas desempeñan un papel fundamental en nuestro bienestar emocional. Desde la psicoterapia humanista nos centraremos en cultivar tus relaciones auténticas, empáticas y sanas, tanto en el ámbito laboral como en el personal, ya que estas conexiones pueden brindarte apoyo emocional y un sentido de pertenencia.
Es decir, exploraremos para reconectar con tu Yo interno, con tus pasiones y con tu entorno de una manera auténtica y consciente. Al priorizar el autoconocimiento, el autocuidado y las relaciones significativas, podrás restaurar tu equilibrio emocional y recuperar un sentido de bienestar interior.