En la era de internet cuando una palabra se descubre es muy fácil empezar a escucharla constantemente. Antes las personas sólo hablaban. Después conocimos la comunicación verbal y la no-verbal. Ahora toca dar un paso más, y es que cuando nos comunicamos no siempre llega el mensaje correcto. Es habitual que haya malos entendidos, que haya disculpas vacías o discusiones largas que no llegan a nada y terminan repitiéndose. La solución a la comunicación efectiva y sana parece ser la asertividad. Teniendo esto en cuenta te pregunto: ¿Es importante? Mi respuesta la tengo clara: sí. Hablemos de la asertividad.

De forma resumida explicaremos y nombraremos otros tipos de comunicación contrarios a la asertividad. En la comunicación pasiva las personas tienden a evitar conflictos y a la no expresión sus propias necesidades o deseos de manera clara. Suelen ceder ante las demandas de los demás y tienen dificultades para establecer límites. Esto puede llevarles a sentimientos de frustración y resentimiento. La comunicación pasivo-agresiva se manifiesta indirectamente, evitando la confrontación directa y expresando la ira o frustración de forma enmascarada, lo cual puede generar malentendidos y resentimiento. Mientras tanto, la comunicación agresiva se caracteriza por expresar abiertamente la ira o la hostilidad de manera destructiva y desconsiderada hacia los demás, provocando conflictos y daño emocional en las relaciones interpersonales. Es importante tener en cuenta, que estos estilos de comunicación es habitual también utilizarlos en el discurso interno, y al igual que es dañino hacia otras personas, lo es para uno consigo.

Es por esta razón, y en la búsqueda de una comunicación más sana, que nombramos la comunicación asertiva. Ésta se basa en expresar tus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara, honesta y respetuosa, manteniendo el equilibrio entre defender tus propios derechos y respetar los derechos de los demás. A continuación verás los puntos más importantes de este tipo de comunicación y más adelante te mostraré ejemplos.

  1. Habla desde el Yo/Nosotros: Olvida la perspectiva del Tú que se puede vivir desde el juicio y quita el foco de tu/vuestra necesidad.
  2. Claridad: Evita ambigüedades o insinuaciones cuando necesites expresar tus sentimientos. Es recomendable acudir a la emoción más que a los hechos para que haya claridad en el mensaje y nada caiga a la interpretación.
  3. Honestidad: Desarrolla tu autoconcepto y conoce tus límites para poder expresar tu realidad emocional desde el respeto hacia los demás.
  4. Respeto: Recuerda tratar a las personas y tratar a tu persona desde el respeto y el cariño. Evita juicios innecesarios y críticas dañinas.
  5. Empatía: Intenta ponerte en el lugar del otro y considerar sus perspectivas y sentimientos. Escucha activamente y muestra comprensión hacia las necesidades y preocupaciones de los demás.
  6. Control emocional: Si una situación despierta un impulso en ti o sientes que te desborda, date un momento para respirar y estructurar tus ideas antes de comunicarte.
  7. Resolución: Busca o propón alternativas cuando se trata de un conflicto.
  8. Responsabilidad: Escucha si alguien te expresa una emoción negativa y acógela con responsabilidad sin anteponer la intencionalidad de tus actos.
  9. Práctica: La asertividad es una habilidad que se puede aprender y mejorar con la práctica. Practica la comunicación asertiva en diferentes situaciones para ganar confianza y habilidad en su aplicación.

Te dejo un ejemplo en el que puede diferenciarse la comunicación agresiva y asertiva:

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